Es como si los monstruos de la noche se esfumasen con la llegada del amanecer. Las pesadillas se disipan como las sombras en la pared. El miedo también pierde intensidad, como si la luz tuviese el poder de neutralizarlo. Resulta agotador sentirse acabado en un momento dado y lleno de esperanza un poco más tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario